Es la región comprendida entre los últimos 850 metros antes de llegar a la cima. Se le
llama de esta forma porque allí han fallecido la mayoría de los alpinistas (212 decesos de
1921 a la fecha). La muerte sucede por la poca disposición de oxígeno en el ambiente lo
cual dificulta la correcta oxigenación del alpinista. Un grupo de investigadores del Hospital
General de Massachussets, en Boston, Estados Unidos, descubrió que la mayoría de los
escaladores manifiesta confusión mental y pérdida de coordinación motriz y de conocimiento,
síntomas característicos de un edema cerebral, es decir, la ruptura de los vasos sanguíneos del
cerebro debido al exceso de altura en este caso.